¡Hola, gente! 🙂
Mi primer impulso fue llamar a este artículo «cómo entender las etiquetas de nuestros cosméticos y no morir en el intento». Y es que continuamente os cuento que los distintos «ingredientes» de nuestras fórmulas cosméticas se pueden llamar de mil y una maneras, lo cual podría generar una confusión tremenda. No basta que la ley obligue a incluir en las etiquetas la lista con los ingredientes usados en cada producto como ocurre en la Unión Europea y otros lugares. Si no hubiera una legislación que lo fijara de otra manera, cada fabricante podría usar los nombres que le viniera en gana. Cualquiera que no fuera un químico de mucha categoría no entendería ni la mitad de los ingredientes indicados en las etiquetas.
En diferentes lugares del mundo se imponen formas diferentes de denominar a los ingredientes en las etiquetas, pero en la Unión Europea se optó por utilizar una nueva denominación. Se trata del INCI o International Nomenclature Cosmetic Ingredient, que significa «nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos». (Es el primer archivo enlazado más abajo, en el apartado «Fuentes». Todo un tesoro porque además de los nombres elegidos y las equivalencias con otras nomenclaturas, dedica unas palabras a todos los ingredientes para explicar su función, y los ordena por orden alfabético. En otras palabras, es el diccionario que podéis usar para leer los listados de ingredientes de vuestros cosméticos). La lista está simplificada, pero para que os hagáis una idea necesitó más de 500 páginas sólo para listar los nombres y las equivalencias con los otros sistemas principales. La cantidad de ingredientes autorizados para usar en productos cosméticos es realmente impresionante…
En el INCI, por lo general, los productos de origen natural se especificarán en latín, y los de origen químico, en inglés. Así, por ejemplo, en los listados de ingredientes de los cosméticos se debería hablar del ricino nombrándolo como ricinus communis (latín), pero sin embargo al butilparabeno se le llama Butylparaben (inglés).
En la práctica no siempre es así, sin embargo. ¡Cuántas veces he leído lo del castor oil (inglés) en vez de lo de ricinus communis oleum (latín) o al menos ricinus communis oil (mezcla de las dos cosas, será el famoso spikinglish…)! Pero es que si es refinado de la semilla, ¿es el aceite natural o artificial? Otra vez debate….
Por otro lado, los colorantes y pigmentos se denominarán siguiendo el sistema CI (Colour Index International), que yo os recomiendo consultar aquí porque es más accesible, aunque esté en inglés. En este sistema, cada pigmento tiene asignado un número; por ejemplo, CI 77205 se corresponde con el amarillo de cadmio.
Si quieres llegar más rápido a una parte de la entrada, aquí te dejo unos atajos ;) :
- Un ejemplo. Recordamos la rebeauty (review) que hicimos de los 3S Mattifying Loose Powder de Inglot. Al final de la lista vemos los pigmentos; esto es habitual en los maquillajes, ya que muchas veces se utiliza el mismo paquete para los distintos colores de cada producto en vez de especificar qué pigmentos lleva la tonalidad del producto que nosotros tenemos.
- Un ejemplo: hace tiempo vimos la composición de estas toallitas marca Deliplús, del Mercadona. Los parabenos, que sólo pueden estar presentes en una proporción de menos del 0,4% (porque son varios), están al final de la lista. En este caso nos intriga que haya tantos parabenos juntos, pero por lo menos no están al principio del todo; y lo primero es el agua, el excipiente de la fórmula.
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Un ejemplo. Recordamos la rebeauty (review) que hicimos de los 3S Mattifying Loose Powder de Inglot. Al final de la lista vemos los pigmentos; esto es habitual en los maquillajes, ya que muchas veces se utiliza el mismo paquete para los distintos colores de cada producto en vez de especificar qué pigmentos lleva la tonalidad del producto que nosotros tenemos.
Una vez ya os he dado el diccionario para que entendáis las palabras que no conozcáis de antes (los que lleváis leyendo este blog un tiempo ya conocéis unas cuantas y los que sigáis haciéndolo conoceréis muchas más), os explico cómo se colocan todos estos nombres en el listado.
En primer lugar, los ingredientes se ordenan de mayor a menor cantidad dentro de la fórmula, hasta que los componentes supongan menos del 1% del total, momento en el que deja de ser obligatorio seguir ese orden. De hecho, hay ingredientes que es obligatorio listar aunque se utilicen en cantidades ínfimas, y ésos suelen estar al final. Lo que no vais a encontrar es cuánta cantidad de cada ingrediente lleva el producto etiquetado. Claro, los fabricantes no quieren ni dar su receta, para que se la copien, ni reconocer algunos «timos» cuando utilizan eslóganes engañosos sobre sus productos… más abajo os explico esto último.
Pero aunque no tengamos las cantidades, el listado nos permite hacernos una idea de la composición del cosmético que tenemos delante. Por ejemplo, sabemos que si los parabenos caen muy al principio de la lista, probablemente superen con mucho las dosis recomendadas (que en Europa son de como máximo el 0,8% si sólo hay uno, o el 0,4% si son más de uno), y en este caso sería poco recomendable usar el producto. Normalmente, deberían estar de la mitad para delante de la lista. Cualquier ingrediente que esté antes, está en una proporción superior.
Por eso, a menudo en los primeros puestos están los excipientes como el agua, la vaselina, etc. Al final suelen estar aquellos ingredientes más agresivos, cuyas proporciones están limitadas.
Un ejemplo: hace tiempo vimos la composición de estas toallitas marca Deliplús, del Mercadona. Los parabenos, que sólo pueden estar presentes en una proporción de menos del 0,4% (porque son varios), están al final de la lista. En este caso nos intriga que haya tantos parabenos juntos, pero por lo menos no están al principio del todo; y lo primero es el agua, el excipiente de la fórmula.
También podemos suponer la eficacia de los principios activos en un compuesto, y me explico. Supongamos que nos compramos una crema de, por ejemplo, aloe vera. Supuestamente, al comprarla nos están ofreciendo las ventajas de ese principio activo; pero a veces ocurre que al mirar la lista de ingredientes, el aloe vera está al final del todo; o aún peor, está un químico derivado o un imitador. En este caso, que nos quieran vender que la crema es «natural» porque lleva aloe está mal porque directamente nos están engañando; el orden nos estaría diciendo que apenas hay aloe en la crema. Pero es que si está al final, probablemente ni siquiera esté en una cantidad suficiente para hacer efecto, ¿no creéis? Esto lo he visto varias veces sobre todo en productos que supuestamente eran naturales u orgánicos, que en sus campañas promocionales nos ofrecían las ventajas de un principio activo natural, y luego, al mirar la etiqueta, te encuentras con que de eso nada… Ése es el «timo» que os mencionaba antes.
Por lo demás, y como siempre hago en este blog, procuraré seguir explicándoos entrada tras entrada todo lo que no explican ni en las etiquetas ni en el «diccionario» del INCI, e incluso lo que explican pero no está en «cristiano».
Un beso a todos 🙂
Fuentes:
Decisión de la Comisión de 9 de febrero de 2006 (2006/257/CE) que modifica la Decisión 96/335/CE, por la que se establece un inventario y nomenclatura de los ingredientes empleados en los productos cosméticos (que también podéis encontrar aquí alojada en este blog). Un tesorito, el «diccionario» de las listas de los ingredientes del que os hablé más arriba.
Reglamento (CE) nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 30 de noviembre de 2009 sobre los productos cosméticos (versión refundida) (que también podéis encontrar aquí alojada en este blog). Contiene los productos permitidos y prohibidos en la UE, así como las normas de etiquetado entre muchas otras cosas.
8 Comentarios
ninabenito
5 septiembre, 2013 a las 10:42 amPero cómo me gusta leer tus post… Un besot,e preciosa.
María Monedero
5 septiembre, 2013 a las 10:46 am¿De veras?
Muchísimas gracias 🙂 ¡Lo mismo te digo! 🙂
Maria
19 febrero, 2014 a las 12:35 amImprimiré el articulo para todas las mujeres de mi casa, mama, hermanas, sobrinas y claro para mi es muy ilustrador.
María Monedero
19 febrero, 2014 a las 8:33 am¿En serio? Me alegra mucho que te haya parecido así de útil 🙂
Maria
19 febrero, 2014 a las 12:36 amOlvide decirte es que estamos en busca de cosmética menos toxica y esto del orden de los ingredientes no me lo sabía muchas gracias nos será de gran apoyo para saber leer las etiquetas de los productos
lorena
19 enero, 2015 a las 9:43 pmHola me parece interesante pero lo leo los ingredientes de mis cremas y no se como saber si son toxicos o dañinos estoy muy interesada dónde lo miro. Graciassss besos me voy a volver loca.
María Monedero
20 enero, 2015 a las 10:35 amMmmm… te podría dar una respuesta rápida de cualquier manera, pero me gusta mucho el tema que me planteas porque creo que no he leído nunca un post que lo explique sin ser partidista. Me explico… si eres partidaria de lo natural te interesa un sistema, si no te molesta la química es mejor otro. Vamos a hacer una cosa… déjame unos días y en dos o tres semanas te publico un post enterito contestándote como a mí me gusta, que es dando información para que cada uno decida qué método le viene mejor. ¿Te parece? 🙂
María Monedero
27 enero, 2015 a las 11:06 amLa entrada de hoy te responde 🙂
https://rebeautys.com/2015/01/27/cosmeticos_ingredietnes_toxicos_peligrosos_seguros/
¡Un besote! 🙂