Glosario de cosmética

Vitaminas, salud y belleza

Vitaminas y belleza... Hace ya varios meses que, para que mis uñas se recuperen, tomo biotina. Me llamó mucho la atención saber que no es más que vitamina H, y me pregunté como siempre hago… ¿vitaminas en cosmética? ¿Pero eso no era para los yogures? Tanto padres como hijos no hacemos más que oír cómo se añaden vitaminas a diferentes comidas para hacerlas supuestamente más sanas, ¿no es cierto? Pero… ¿y a cremas? Me paré a pensar y me di cuenta de que también, pero nunca me había fijado demasiado en ello. Que sepáis que el retinol y el ácido fólico, por ejemplo, son vitaminas. Ahora bien… ¿realmente sirven de algo o se trata sólo de un reclamo publicitario? Así que ha pasado lo que me suele pasar: me he puesto a investigar ;). ¿Queréis averiguar lo que he encontrado? ¿Sí? Pues a seguir leyendo :).

De entrada, las vitaminas (del latín vita (vida) + el griego αμμονιακός, ammoniakós – sí, significa amoniaco, qué raro – y el sufijo latino ina «sustancia»), son sustancias necesarias en nuestro organismo para diferentes procesos fisiológicos. En realidad necesitamos cantidades muy pequeñas, pero nuestro organismo no las produce y son indispensables para nuestra salud. Así que tenemos que conseguirlas, fundamentalmente, a través de la alimentación.

Aquí me surge una primera pregunta. Entonces las vitaminas se asimilan comiéndonoslas… entonces, ¿realmente se absorben las vitaminas por la piel, es decir, se asimilan si se aplican a la piel a través de cremas o similares? ¿O no sirve de nada?

Pues… depende. Por ejemplo, la vitamina A (retinol) funciona sobre células vivas, pero si se aplica en la piel llegará a ellas en una proporción muy baja: las capas superiores de la piel son células muertas en las que no puede actuar. En casos como la vitamina C, pierde eficacia con relativa rapidez. Cuando se expone al aire libre se oxida, por lo que en una crema pierde efectividad poco después de abrir el bote en el mejor de los casos; es más efectiva si se ingiere. Por eso, a veces no se utilizan las vitaminas directamente, sino sustancias que propician su formación; e incluso en estos casos es debatible si hacen algo en nuestra piel.

De todas formas, en general, la ingestión suele ser la forma más eficaz de suplementación vitamínica, aunque hay excepciones como la vitamina D: lo más eficaz para conseguirla es tan simple como tomar el sol :).

Lo que sí que es cierto es que las vitaminas son imprescindibles para nuestro buen aspecto y estado de salud. Algunas veces porque ayudan a la piel directamente, y otras porque la mayoría de las deficiencias (avitaminosis) o excesos (hipervitaminosis) de vitaminas se manifiestan en la piel. ¿O es que una piel sana no es un requisito indispensable para dar aspecto general saludable?

Los humanos necesitamos para nuestra salud de 13 vitaminas que a su vez se dividen en dos grupos, las hidrosolubles (solubles en agua) y liposolubles (solubles en lípidos, o lo que es lo mismo, en grasas).

Hidrosolubles: Fundamentalmente, todas las del grupo B y la vitamina C. Se suelen eliminar por la orina, por lo que hay que consumirlas con cierta frecuencia. Normalmente, para ello es conveniente tomar muchas frutas y verduras; aunque no solo estos alimentos las contienen.

  • B1 (tiamina), que en principio no se usa en cosmética.
  • B2 (riboflavina), que es necesaria para la integridad de la piel, las mucosas y sobre todo la córnea; se utiliza para combatir caspa, caída del cabello o dermatitis.
  • B3 (niacina o ácido nicotínico), que se ha usado para combatir el acné y la piel grasa.
  • B5 (ácido pantoténico). El nombre me suena a la marca Pantene, ¿a vosotros no? Esto se debe a que se utiliza a menudo en champús y otros cosméticos desde que su carencia se asoció a la pérdida del color del cabello o irritación de la piel. Sin embargo estas carencias son muy raras, porque esta vitamina es muy frecuente en muchos alimentos. También se ha asociado con el tratamiento del acné, pero tampoco encuentro resultados de fiar en este sentido.
  • B6 (piridoxina) tiene muchas utilidades; interviene en la síntesis del ADN y el ARN y es necesaria para la asimilación del hierro, pero no tiene grandes utilidades cosméticas.
  • B7 o B8 (biotina o también «vitamina H»). Se ha usado para tratar dermatitis y para fortalecer uñas y cabello en los casos en que se sospecha que su debilidad se debe a la carencia de esta vitamina.
  • B9 (ácido fólico), que a pesar de ser hidrosoluble sí se almacena cierto tiempo en el cuerpo, en el hígado, por lo que no hay que consumirlo continuamente. Como es básico para la división celular (es decir para la formación de nuevas células o regeneración celular), se usa a menudo en cremas antienvejecimiento.
  • B12 (cianocobalamina), que suele estar ligada al funcionamiento del ácido fólico o vitamina B9 pero que no he encontrado usada en cosmética.
  • Vitamina C (ácido ascórbico), un antioxidante que también tiene propiedades como protector solar e inhibidor de la melanina (y de las manchas en la piel).

Liposolubles: Suelen asimilarse a través de la parte grasa de determinados alimentos, y son mucho más estables en el cuerpo que las solubles. Por ello podemos tener niveles apropiados sin consumirlos con tanta frecuencia como las vitaminas hidrosolubles.

  • Vitamina A (Retinol) Os suena, ¿verdad? Últimamente está de moda en las cremas antienvejecimiento, pues regula el crecimiento y regeneración de las células de la piel.
  • Vitamina D (Calciferol), que ayuda a asimilar el calcio.
  • Vitamina E (Tocoferol). Es un antioxidante y activador de la microcirculación, por lo que se le considera un activo para luchar contra los radicales libres, en especial combinado con algunas vitaminas del grupo B.
  • Vitamina K (Antihemorrágica)

También hay vitaminas «inventadas»… Mi padre, cuando era pequeña, me decía que hay que tomar riñones porque tienen vitamina «R», o paté porque tiene vitamina «P» jajaja. Lo que hay que hacer para que los niños coman… Pero hablando en serio, las vitaminas venden, así que hay quien las mete incluso donde no las hay. La vitamina F, por ejemplo, no es una vitamina en sí; es una combinación de ácidos grasos. ¿Os suenan los Omega 6 y Omega 9? También son importantes para la piel, pero no son vitaminas. Pero por lo menos la F es buena para salud. Las vitaminas B15 y B17 no sólo no son vitaminas; de hecho ni siquiera son beneficiosas para el organismo y en el caso de la última es directamente tóxica…

Las deficiencias de la mayoría de las vitaminas son raras. Y el extremo opuesto es difícil en condiciones normales, aunque en los 80, ante la moda de los complejos vitamínicos, se empezó a hablar con frecuencia de la hipervitaminosis: el consumo de los mismos era tan exagerado que podía tener efectos negativos importantes. Por eso, si os planteáis utilizar alguno de ellos, yo os recomendaría hablar primero con un médico o por lo menos con el farmacéutico para que os aconseje sobre cuál es adecuado en vuestro caso.

De momento, y dado que en la mayoría de los casos la ingestión es lo más eficaz,  para consumir vitaminas en vuestra alimentación habitual y de manera completamente natural y sencilla os recomiendo consultar esta página de la UNED, que detalla qué alimentos permiten consumir cada vitamina.

Mi intención es ahondar en algunas de las vitaminas más utilizadas en cosmética en próximos artículos, sobre todo para descubrir cuáles hacen algo en nuestras cremas y cuáles no… que ya nos conocemos a la industria del sector ;).

¡Espero que este artículo y los futuros os interesen!

Fuentes

http://es.wikipedia.org/wiki/Vitamina (para saber algo de las vitaminas en alimentación)

http://laguna.fmedic.unam.mx/~adh/sobretiros/Vitaminas_cosmeticos/

http://www.aula21.net/Nutriweb/vitaminas.htm#tabla%20refleja%20los%20alimentos

http://www.uned.es/pea-nutricion-y-dietetica-I/guia/guia_nutricion/compo_vitaminas.htm#falsas3

http://www.planasday.com/page_view.php?PageID=ESP_Planas_Day_Prensa_Y_Medios_Elemento&ContentID=614

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