Ya sabéis que tengo la intención de cambiar poco a poco mi vestuario hacia la moda sostenible y me gustaría compartirlo con vosotros… para que veáis que moda y sostenibilidad no están reñidos 🙂 . Pues bien, uno de esos pasitos ha sido esta preciosa blusa de Saké que compré en las rebajas de Move to Slow Fashion. Una prueba de que el «made in China» no siempre es sinónimo de falta de ética… ¿Me dejáis que os la enseñe? 🙂
Y es que esta blusa está fabricada en China, y aunque pueda parecer totalmente contradictorio con todo lo que «predicaba» yo en la entrada sobre la Fashion Revolution… ¡no es así!
Saké es una marca peruana llevada adelante por Ana Tafur, que tras estudiar diseño en España hizo un viaje por Asia de 5 años en el que no sólo aprendió técnicas alternativas, sino que se encontró frente a frente con los terrores de la producción en cadena desenfrenada… quizás por eso, pronto decidió dar un paso en otro sentido. Ahora combina tejidos artesanales (muchos de ellos peruanos, pero como demuestra esta blusa también de otros lugares del mundo) con sus conocimientos de diseño. Eso sí, fomentando una moda ética y mucho más sostenible, ¡aunque sea «Made in China»!
Tengo que confesar que me encanta el nombre de esta marca. No sólo porque el saké sea un licor propio de la cultura japonesa que tanto admiro; sino por el razonamiento que lleva a él. El sake es un fermentado del arroz, y la propia Ana ve la creación de sus prendas como un proceso de fermentación, del que acaban surgiendo poco a poco los diseños y al final la pieza en sí…
La calidad de esta blusa 100% de seda no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados a asociar con los chinos, ¡os lo aseguro! La tela es muy ligera y flexible, tremendamente transpirable; si como yo sois de los que asociabais la seda con esos tejidos acartonados y rígidos, nada más lejos de la realidad. Sienta como un guante y con la brisa (o el viento, que os aseguro que en esta sesión de fotos había una barbaridad de viento jejeje) acaricia el cuerpo de la forma más agradable que os podáis imaginar 🙂
En cuanto al diseño, me parece muy versátil. Al estar ese teñido hecho en colores azules, grises, malvas e incluso rosados es mucho más fácil de combinar de lo que pueda parecer. Y ese fondo amarillo pálido sienta muy bien… 😉 En estas fotos yo lo he combinado con unos vaqueros o con un traje de chaqueta de Antonio Pernas, de manera que la he estrenado en lo informal y en lo más vestido sin demasiada dificultad… (No os pongo más fotos con el traje de chaqueta porque si me la pongo casi no se ve la blusa jejeje).
Saké también trabaja líneas de complementos (bolsos sobre todo, pero también bisutería) que creo que os pueden gustar mucho. También veo que en los últimos tiempos está indagando mucho en el mundo de los talleres artesanales peruanos, así que creo que os interesará.
Si la buscáis desde España os recomiendo Move to Slow Fashion, por el fantástico trato y atención que me han prestado cuando les compré la blusa y otras prendas. Y porque aún quedan algunos días hasta que acabe agosto y por tanto estarán de rebajas… ;). A nivel internacional podéis localizar a Saké en su página web (un poco inacabada, pero sí tiene información sobre cómo contactarles) o en su Facebook (aquí).
La verdad es que estoy muy contenta de haber comprado esta pieza, porque me parece un ejemplo fantástico de que la moda sostenible no es sólo artesanía y moda hippie, ¡con todos mis respetos a estos últimos jejeje! Pero en la variedad está el gusto, y como veis no hay que renunciar ni al diseño ni a la comodidad para tener un armario más ético…
¡Un abrazo a todos y espero que os haya gustado este nuevo atrevimiento mío en el blogueo del mundo de la moda sostenible! 😉
Mil gracias a Enrique Tapia por las fotos y por superar las dificultades técnicas de la ventolera y el solajero 😉 y a Mónica por su ayuda al escoger la prenda, ¡la elección ha sido todo un acierto!
5 Comentarios
Rosa Sánchez
26 agosto, 2015 a las 2:59 pmHola María!!!
Muy bonita la blusa y preciosa la mujer que la porta 🙂 Me parece fabuloso que estés tan volcada en el tema de la moda sostenible, por ahora es un tema que no me planteo, estoy gordita, he conseguido perder 10 kilos, pero aún tengo que luchar contra otros 20 kilos, así que por ahora me conformo con verme guapa con la ropa que llevo…
Yo también tengo mis luchas por hacer de este mundo un lugar sostenible y justo, por ello me he hecho vegetariana, y por ello fabrico mis cosméticos, jabones y unas cuantas cosas más. Sigo pensando que cada pequeño gesto cuenta, así que me alegra ver que hay más personas que se responsabilizan de su consumo.
Un fuerte abrazo preciosa!
María Monedero
26 agosto, 2015 a las 3:24 pmMuchas gracias, Rosa :). Yo también creo que los gestos pequeños cuentan. Yo no me veo tan guapa jajaja y me cuesta elegir la ropa aunque no esté tan llenita. Pero creo que la moda sostenible es asequible para todo el mundo, porque igual no te es tan fácil encontrar pantalones de tu talla, por ejemplo, pero hay muchísimos complementos sostenibles que igual sí te apetece plantearte. En mi opinión personal no se trata de hacerlo todo de golpe; no pienso tirar la ropa no sostenible que ya tengo (me parecería un despropósito), pero iré buscando poco a poco ropa que me guste y que al menos haga algo más por el mundo que hacer ganar dinero a unos pocos jejeje. Es muy posible que acabe comprando por necesidad básicos de marcas más «normales», pero iré buscando la manera de evitarlo. En cualquier caso, creo que el cambio total me va a llevar varios años…
¡Un abrazo muy, muy fuerte! 🙂
Rosa Sanchez
26 agosto, 2015 a las 5:13 pmVaya! Tienes razón, no había pensado en los complementos, cuando necesite algo investigaré.
Un besico! 🙂
Diana entrebrochasypaletas
1 septiembre, 2015 a las 11:37 amSe ve una prenda comodísima, elegante y ponible al máximo. Creo que has elegido a la perfección.
¡Un besote!
María Monedero
1 septiembre, 2015 a las 1:17 pmMuchas gracias, Diana 🙂 🙂 🙂