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Mi figuración en la ópera: La Cenicienta de Rossini

¡Hola a todos! Lo prometido es deuda así que hoy me gustaría hablaros de mi pequeño papel de figuración en la ópera La Cenerentola (o lo que es lo mismo, la Cenicienta) de Rossini. Tuvo lugar en el Auditorio de Tenerife del 23 al 26 de octubre, donde junto a otras 8 chicas hice de una de las candidatas a la mano del increíble príncipe azul…

Portada del libretoOs puedo hablar de dos cosas, en realidad. De la obra en sí y de trabajar junto a grandes profesionales, que fue una experiencia fantástica… y de los entresijos de todo lo que ocurre detrás del telón, que quizás os interese más por eso de que en este blog hablamos normalmente sobre belleza y moda. Y trucos: dos de maquillaje y uno de peluquería que me han ayudado a sobrellevar el estrés en la piel y el cabello de tanto maquillaje y peinado. Eso sí, no he querido incluir a mis compañeros para no dañar su derecho a la privacidad, espero que lo entendáis. Si queréis saber de todos los implicados os recomiendo consultar el libreto aquí (me temo que ha dejado de estar disponible, lo siento 🙁 ). Los intérpretes son poco conocidos, pero os aseguro que su potencial es tremendo.

La mayoría de las fotos que tengo son de los ensayos y no de la obra en sí, ya que desde bambalinas se hace complicado hacer fotos… jajaja Así que pongo orden de busca y captura: si por casualidad alguno tiene fotos de la obra o del photocall en las que yo salga… ¿me las mandan, por favor? (Tienen el correo arriba debajo de mi foto a la derecha 😉 ).

La obra en sí

Por otro lado, os aviso de que esta representación ha sido un tanto atípica… ¿no lo sospechabais al ver lo de arriba? 😉 En vez de tener como escenario al castillo medio derruido de Don Magnífico, como en el libreto original, el escenario fue un solar con un viejo BMW y una vieja caravana. A Cenicienta, su padrastro (sí, padrastro, habéis leído bien) y sus malvadas hermanastras la obligan a dormir en una diminuta tienda de campaña.

cenerentolaescenario1

Y en lugar de una sala de baile de la época de Rossini, la elección de la nueva esposa del príncipe tendrá lugar en un reality show del estilo de «Mujeres y hombres y viceversa» o algo así, así que el escenario se convertía también en un plató de televisión…

Escena del cloroformo

Las hermanastras (de pie) son tan malvadas que nos han envenenado a Ana y a mí para dejarnos fuera del concurso por la mano del príncipe… ¿sobreviviremos? 😉

Me he reído muchísimo, ¿para qué os voy a engañar? Esta ópera en sí ya es una comedia, pero verlo todo reducido al tiempo actual causa muchas situaciones divertidas. Me he visto haciendo de fan enloquecida del príncipe, de maquilladora y esteticista (si alguien tiene una foto de esta última parte, ¡envíenmela, por favor! Daría algo por ella… no deja de ser irónico hacer de maquilladora en una ópera siendo maquilladora en la realidad…), de concursante vestida de novia para agradar al príncipe y atacada por las hermanastras para sacarnos del concurso, y de chacha malhumorada. Y no, todo el mundo me lo pregunta, no canté 😉 . Puedo cantar otros estilos de música 😉 pero la ópera necesita de un entrenamiento y destrezas especiales… Sin embargo, la mímica y la energía del público han sido más que suficientes para dar fuerza y contenido a mis personajes sin ni siquiera hacer uso de la voz.

Cambios de vestuario de María Monedero en La Cenerentola de Rossini

De derecha a izquierda: la chacha, la pretendiente del príncipe (en el traje de boda del programa y en el traje de «calle»), y la maquilladora. El vestuario estuvo al cargo de Massimo Carlotto y Elisa Leoni, los arreglos de las fantásticas Ángeles Delgado y Victoria Álvarez, que son dos costureras como la copa de un pino (y decir eso de ellas en la isla de Tenerife, con sus carnavales, no es moco de pavo…)

Detrás de la escena hay muchísimo trabajo y grandes profesionales. El montaje fue preparado aquí, en Tenerife, dentro del proyecto Ópera Studio, y requirió muchísimas horas para estar listo. Las figuras principales, el fantástico Coro de la Ópera de Tenerife, el equipo técnico y la producción dedicaron dos meses en exclusiva como mínimo en exclusiva. Por la parte de nosotras, el equipo de figurantes, estuvimos más de un mes echando horas en los ensayos y las pruebas de luces; y os puedo asegurar que es algo que se hace agotador y muuuuy pesado. Por no decir que los figurantes somos «el último gato», a quien menos prisa hay para informar de los detalles del contrato o de las horas adicionales y trabajo extra, como el photocall a la entrada, que se les va a pedir. Probablemente los ensayos habrían sido más cortos si, como ocurre frecuentemente, la obra viniese ya montada: normalmente son grandes compañías las que recorren el mundo con la obra prácticamente lista y con el atrezzo y el utillaje preparados, pero en este caso estábamos haciendo todo el montaje desde el principio.

Peluquería y maquillaje (y cómo ayudar a tu piel y tu pelo a sobrevivirlos…)

Si lo más divertido fue la actuación en sí, lo segundo más divertido fue sin duda el tema del vestuario y los maquillajes, que probablemente es lo que estabais esperando. Y es que, al contrario de lo que suele pasar en las óperas, casi cada día llevé un maquillaje diferente, aunque el peinado quedó fijado con claridad casi al segundo.

Tanto peluquería como maquillaje corrieron a cargo de Geni Afonso, Samuel Martín, Zebenzui Rodríguez, Jennifer de la Hoz y Cristina Coronado. Unos profesionales que corrieron como locos durante las casi 5 horas anteriores a los ensayos con vestuario y cada una de las representaciones, para poder dejar convenientemente peinados y arreglados a los siete cantantes, los creo que 14 miembros del coro, a las 9 figurantes, a los 15 alumnos realizadores-figurantes del CIPF César Manrique… y luego hacer los cambios de maquillaje de las cantantes durante la propia ópera. Casi nada. Con tantas prisas, no es de extrañar que a veces haya que priorizar la eficacia a la perfección; pero aún así hicieron un trabajo eficaz que ahora veréis.

El peinado definitivoComo veréis llevo una castaña tremenda en la parte delantera de la cabeza, muy pin-up pero a lo exagerado, y un moño con mucho, mucho relleno justo por encima de la coronilla. Y de la cantidad de la laca y de horquillas que llevaba, mejor no os cuento mucho… pero es que teniendo en cuenta que en escena me arrancaban al ¿príncipe? de los brazos de mala manera y que las hermanastras intentan asesinarme, no es para menos… ¡El moño tenía que resistir lo que fuera! 😉

El problema es que eso conllevaba mucho estrés al cuero cabelludo, porque el recogido tiraba muchísimo de las raíces. Y que los kilos de laca que debieron usar conmigo no se iban solos… No es por nada, pero eso de «laca que se va con un ligero cepillado» es un mito según mi experiencia (no uso mucha laca, pero cuando me la han puesto… ¡Madre mía!). Dada mi falta de experiencia, el  primer día me asusté al ver la cantidad de pelo que se me quedaba en el cepillo…

Y así, el segundo día le pedí ayuda a Zebenzui, que me contó el truco: te quitas las horquillas y las trabas, te metes tal cual en la ducha, te lo lavas y te pones mucho acondicionador. Y sin aclarártelo, coges un peine de púas gruesas y separadas y te lo desenredas. No dejas de perder pelo, y menos en otoño; pero te aseguro que la diferencia es notable. Si no fuera por esto creo que me habría quedado sin pelo en los 6 días que me peinaron.

(Por cierto, hace ya una semana que acabamos y creí que se me había pasado… debe ser psicosomático pero ahora mismo me duelen las raíces del pelo casi tanto como el día de la última función… Si es que sólo pensarlo y me vuelven los tirones a la cabeza…)

En cuanto al maquillaje, ya sabéis que los criterios a seguir en teatro no son los mismos que en otros tipos de maquillaje. En este caso las pinturas están pensadas para ser vistas desde varios metros de distancia, por lo que son mucho más llamativos y la exigencia de precisión se relaja ( no deja de ser deseable pero con tantas prisas… ya os imaginaréis). Os cuento un par de trucos que usamos y que os valen también para maquillaje «normal», no sólo para el de teatro…

Truco 1 de la Cenerentola: dobla el espumillón de tu máscara de ojosTruco número uno: si dobláis por su base el espumillón de la máscara de pestañas, puede seros más fácil aplicar la máscara de pestañas. Samuel es fan de esta técnica, aquí la usa con Anaih… yo aún la tengo que probar… ¿y vosotros? ¿La habéis usado?

Truco dos: usar polvos sueltos bajo los ojos para luchar contra la caída

Por cierto, éste es el otro peinado que al final se desechó.

Truco número dos: como se usaron muchos pigmentos sueltos y colores fuertes, la caída es inevitable. Así que se utilizó un truco muy utilizado por los maquilladores profesionales: empapar la parte de debajo de los ojos con polvos sueltos. Así la pintura que caiga lo hará sobre ellos, y para limpiarlos bastará retirar el polvo que hay debajo, ya que evitará que los más oscuros se peguen demasiado a la piel y al maquillaje de base que con tanto trabajo se había hecho antes.

En teatro el truco funciona muy bien, y muchos maquilladores lo usan siempre. Sin embargo, tengo que reconocer que para otros tipos de maquillaje a mí no me gusta demasiado. Será que empiezo a estar un poco más vieja; el caso es que si hago esto no es posible quitar todos los polvos. Parte se quedan pegados a la piel, engrosando la capa de maquillaje. Con lo que el relieve de las arruguitas de alrededor de los ojos acaba remarcándose de más y mi impresión es que una parece más vieja y demasiado maquillada… cosa que cuando te miran desde metros de distancia no se nota, así que está bastante bien ;).

Hay otra posible alternativa cuando os maquilléis vosotras, y es que cuando uséis pigmentos sueltos o muy oscuros os maquilléis primero los ojos y luego os deis la base. Es lo que yo suelo hacer 😉 pero, por supuesto, para gustos colores. Y si tuviera que maquillar deprisa y corriendo para una obra de teatro, seguramente yo lo usaría también…

Sólo queda mostraros los maquillajes que me hicieron finalmente… disculpad la calidad de las fotos, a veces con el ajetreo de las bambalinas no se podía hacer nada mucho mejor… pero nunca había llevado antes tanta fantasía en los ojos, y ha sido muy divertido 🙂 .

Detalle de los ojos de los distintos maquillajesSólo un pequeño consejo por mi parte, aprovechando que habéis llegado hasta aquí. Cuando os vayan a maquillar otras personas es importante que os hidratéis la cara antes y que os limpiéis bien la cara después. ¿Que por qué? Pues porque no sabéis si los maquilladores tendrán tiempo para hacerlo.

Es aún más importante hidratarse cuando os van a estar maquillando durante varios días seguidos, ya que los maquillajes pueden ser de cualquier calidad; o como en el caso de mucho maquillaje de fotografía y teatro puede ser bueno, pero aún así fuerza a la piel y puede resultar agresivo con ella. Me figuro que si fuésemos modelos de la Cibeles, con un caché elevado, nuestros managers se encargarían de que nos cuidasen mejor; pero mientras tanto, es mejor tomarnos nosotros la molestia y encargarnos de cuidar nuestra propia piel. En el trabajo práctico de este tipo a nadie le importa «quemar» a la modelo; si deja de estar bien, se llama a otra y ya está. Si os tienen que fijar con laca para el pelo el maquillaje lo harán, sin pensar en si os hará daño o no, por ejemplo. Pero vosotras no podéis ni debéis trataros del mismo modo. ¡Cuidaos mucho!

La mayoría de los maquillajes que llevéAsí que ya sabéis lo que esperar de participar en la figuración de una ópera 🙂 . Espero que hayáis disfrutado de esta entrada al menos tanto como yo disfruté en el escenario.

¿Qué os ha parecido? ¿Os gustaría participar en una ópera?

Un abrazo a todos los que me leéis, espero no haberos aburrido. Y ya por última vez, lo digo: si aún no es 7 de noviembre cuando me leáis todavía estáis a tiempo para votarme a mí o a vuestros blogs favoritos a los Premios Bitácoras en este enlace o en la banderola de arriba a la derecha… no os llevará ni un minuto y podéis hacerlo con vuestra cuenta de Twitter o Facebook si no queréis registraros. Y no, no es ninguna indirecta jejeje 😉

Parte de las fotografías de esta entrada vienen de redes sociales, pero las de los maquillajes y las de vestuario están hechas por mí o por mis compañeras de figuración (sois fantásticas, chicas). Es difícil sacar fotos del escenario mientras estás en bambalinas… Gracias a todos y como siempre, si queréis que retire alguna foto de las que no son mías no tenéis más que decirlo.

Licencia de Creative CommonsEsta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Unported

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6 Comentarios

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    Nomar-tf, Ramón
    4 noviembre, 2014 a las 6:40 pm

    si es que la que vale ¡¡¡Vale!!!

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    Raquel
    4 noviembre, 2014 a las 8:56 pm

    Estás guapísima? no… lo siguiente!!! Lo debiste pasar en grande ^_^ Me alegro de que hayas podido disfrutar de una experiencia así. Yo no podría jajaja soy muy vergonzosilla >_< Un besote

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      María Monedero
      4 noviembre, 2014 a las 9:10 pm

      ¡Hola Raquel! Pues no te creas, hace 4 años yo tqmpoco habría podido. Yo misma me sorprendí en escena ^^. Una prueba más de que, si quieres, puedes hacer casi cualquier cosa 🙂

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    Diana entrebrochasypaletas
    5 noviembre, 2014 a las 10:06 pm

    No dejas de sorprender, te veo preciosa hasta con la señora castaña que te plantaron. Los maquillajes me gustan y el truquillo del pelo, no lo sabía pero es algo que hago siempre, el pelo me lo desenredo con acondicionador o mascarilla puesto : )

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      María Monedero
      5 noviembre, 2014 a las 10:11 pm

      Gracias ^^

      La verdad es que hablando con chicas con el pelo rizado he descubierto que ellas lo usan muy a menudo, porque no se desenredan el pelo todos los días. Pero yo que tengo el pelo bastante liso no lo había usado nunca… ¡y visto lo visto es truco que hay que saber! Jejeje

      Gracias mil por pasarte, guapa ^^

    ¡Deja tu comentario! Estoy deseando saber qué piensas.