¡Hola a todos!
Ya os he contado un par de veces que considero que el Photoshop no tiene nada malo. Lo malo es creérselo… ya que muchas veces nos intentan «colar» como una foto normal lo que no lo es. Lo vemos todos los días en las campañas de publicidad de maquillaje y cosmética, sin ir más lejos. Así que vamos a aprovechar las fotografías que me hizo Pepe Villaverde en el curso de automaquillaje de Idafe Dorta para que lo veáis por vosotros mismos; para que veáis que hay grados de manipulación fotográfica que sí son reales, y, si puedo, admiréis el enorme trabajo que hay detrás de una sesión de fotos con luces, maquillaje, fotos y posterior edición y retoque.
Antes que nada, he de deciros que personalmente pienso que no tiene nada de malo. El retoque fotográfico es como cuando un pintor o un dibujante te hacen un retrato en el que intentan que salgas favorecido… El problema es que no nos han enseñado ni los grados de retoque que existen, ni cómo verlos en la foto. En los medios y en los anuncios quieren que admiremos el aspecto de los retoques, no de las personas que hay detrás. Quieren que nos creamos que se puede ser como las fotos retocadas que publican, que existe gente así de perfecta… y si además nos creemos que podemos comprárselo (un maquillaje, una operación o lo que sea), para ellos mejor.
Por otro lado, estoy un poco cansada de ver menospreciado el trabajo de muchos profesionales que dedican a esto mucho esfuerzo. Me he encontrado casos en los que a los fotógrafos no se les reconoce las horas que dedican a la iluminación, al retoque, a la composición; que a las maquilladoras se las trata como si los maquillajes se hicieran solos; que a los modelos se les resta importancia porque una forma de vida entera dedicada a estar sanos y bonitos (o guapos) se reduce a ponerse delante de la cámara «a ver que sale». Que puede que algún fotógrafo, alguna maquilladora o alguna modelo «se encuentren» la foto por casualidad, pero en el 90% de los casos una foto genial nace de una combinación fruto del trabajo de los tres… (y a menudo de ayudantes de fotografía, productores, expertos en marketing y muchos más).
Por eso he pensado que quizás os interesaría el punto de vista de una persona que ha estado en los tres lugares (maquilladora / fotógrafa / modelo) como yo, que alguna vez ha hecho por sí misma todos los pasos del proceso y puede hablaros con cierto conocimiento de causa sobre el tema 😉 .
Y creo que la forma adecuada es un paso a paso de cómo se consiguió mi foto final en este caso… así que vamos allá 🙂
Paso 0: el punto de partida
Ésta soy yo sin maquillaje (y sin dormir una noche entera, pero ésa es otra historia… 😉 ):
Como veis, la foto está hecha casi sin peinarme ;), y se ven perfectamente las ojeras, varias manchas de sol y las arrugas. (Espero que no me diréis que estoy hecha un adefesio jajaja la verdad es que no me maquillo todos los días, sino por gusto y cuando me apetece; y creo que para mis 35 años aún estoy potable sin pinturas). Esta soy yo, simplemente con los flashes. La mínima trampa que puede tener una foto ;).
Aunque os digo una cosa, las luces también ayudan mucho :). En este caso no pudimos hacer una foto previa sólo con la luz ambiente (que era poco) o con un flash raspado, pero si no me creéis echad un vistazo a este teaser del grupo Opale, que estos días está bastante viralizado por Internet. Y para el que no quiera verse el vídeo, un par de fotogramas:
La misa modelo, la misma pose, dos luces diferentes. En una tiene ojeras, la nariz grande, granitos y los rasgos marcadísimos. Da yuyu al más puro estilo Nosferatu 😉 . En la otra, ni rastro de ojeras, los pómulos marcados, las facciones dulces… No me diréis que unas luces no hacen nada, ¿verdad? Incluso si prescindiéramos del color de las luces, pasa lo mismo…
(Al próximo que me mire mal porque le pido que se mueva de donde está para hacerle un retrato, le muerdo jejeje. ¡Si sólo quiero que la luz os favorezca! Si es que hay que ver lo que hace una por ustedes jejeje).
En fin, lo dicho, me perdonaréis pero vamos a obviar un poco el tema de las luces en mi caso 😉 .
Paso 1: Maquillarse
El paso siguiente para mejorar mi aspecto es, lógicamente, maquillarse. De este modo obtenemos la foto que se retocará luego.
Algunos me preguntaréis que por qué no se retoca directamente la foto de antes… y si es así, chicos, tengo que deciros que sobrevaloráis al Photoshop. ¿Sabéis la cantidad de tiempo que puede llevar? Y por otro lado, ¿para qué pintar una careta en el Photoshop cuando lo que se pretende es sacar a la persona que estaba posando? Porque no os negaré que el Photoshop sirve tanto para retocar fotografías como para dibujar encima de ellas e inventarse lo que no existía en la realidad. Podríamos hacer el retrato entero dibujándolo, pero estamos hablando de fotografía. Así que mejor el maquillaje. De este modo, obtenemos esta fotografía:
Este maquillaje, bastante marcado, lleva los siguientes productos:
- Correctores Sephora
- Base Teint Idole 24 h. de Lancôme
- Trío Sleek en tono Light para contorno de ojos.
- Quad Absolute Eye Colour de Catrice Cosmetics para el sombreado de ojos.
- Lápices de ojos 24/7 de Urban Decay en tonos Whiskey y Perversion
- Máscara de pestañas Diorshow Black Out de Dior
- Pintalabios 459 (Charnelle) de la línea Rouge Dior Nude, de Dior.
No es un maquillaje especialmente complicado ni cantoso, pero si lo comparáis con la foto sin maquillaje, veréis que se ha alisado el tono de la piel y ya no se ve irregular por las manchas. Los ojos están mucho más marcados, y destacan más en el resto de la cara. Se eliminan brillos que pueden resultar molestos en la fotografía (y se añaden otros que, para mi gusto, favorecen; pero esto ya va en cuestión de gustos). El color de las mejillas queda «colocado», donde consideremos que sienta mejor a la cara, no donde la naturaleza decide. Esto es lo que el maquillaje puede hacer por nosotros.
(Si queréis un paso a paso avisad, que lo preparo 😉 pero no es el propósito de este post 😉 ).
Sí os tengo que decir que según el maquillaje que utilicéis se resaltan algunas imperfecciones de la piel. El maquillaje puede disimular y borrar colores, pero no relieves. Así que sigo teniendo parte de las ojeras (ya las tengo de fábrica), arrugas y poros abiertos. El maquillaje mejora pero no rejuvenece de verdad 😉 , sólo da una ilusión de ello. Resalta algunas de las líneas de expresión, como por ejemplo las arrugas más finitas. Y en muchos casos al revés, directamente envejece al resaltar lo que no puede borrar.
Paso 3: Revelado
Y el paso siguiente es… vale, muchos diréis que el Photoshop, pero os equivocáis. Es cierto que ahora toca procesar la foto, pero hay un paso intermedio antes del retoque en sí que he notado que muchos desconocéis: el revelado.
«Pero si es fotografía digital», me diréis – no sin razón – . Vale, es cierto. Ya no se revela con gavetas llenas de líquido, ni en salas oscuras. Sin embargo, la mayoría de los fotógrafos pueden hacer algunas correcciones en la foto que no la alteran. Al menos desde el punto de vista fotográfico ;). Igual que antes podíamos dejar el carrete más tiempo en los líquidos para que quedara más clara o podíamos elegir un tipo de papel u otro donde «imprimir» la foto, hoy día los fotógrafos hacen este tipo de correcciones con programas como el Camera Raw, el Adobe Lightroom, el Capture One y muchos otros. Esto nos permite corregir la exposición, amarillear o azulear las fotos (balance de blancos)… y diversas modificaciones que no alteran lo fotografiado en sí, sino solamente la calidad de la foto. Los fotógrafos digitales solemos llamar a esto también «revelar», como hacían los analógicos; ya que el resultado que se consigue con ellos es prácticamente análogo al de los revelados analógicos.
En mi caso, como podéis ver, el revelado con Camera Raw que realizó Pepe mejora el tono de la piel corrigiendo el balance de blancos y pasándolo un poco al amarillo, y la cantidad de luz de la foto (el equivalente a la exposición, a dejar más tiempo la foto sumergida en el revelador). Los flashes tienen una luz tremendamente blanca, por lo que al amarillearlo todo un poco se consigue una luz más cálida y un aspecto más natural. La foto queda un poco más iluminada, por lo que las sombras resaltan un poco menos.
Paso 4: El retoque en sí
Así que Pepe en este punto coge el Photoshop y le dedica al menos un par de horitas (el es muy generoso y dice que fue una hora, pero yo estoy segura de que fue bastante más y además estoy muy contenta con el resultado). Esto es lo que consigue:
Seguro que me faltan cosas porque, ya os digo, Pepe quiere ser bueno conmigo y que crea que hay más realidad de la que hay ;). Y aún así es lo bastante bueno como retocador como para que la de la foto «siga siendo yo».(Chicas, si dejáis de ser vosotras en la foto y casi no os reconocéis, no permitáis que le llamen retrato. Si hacéis eso el retoque deja de ser retoque para pasar a ser fantasía pura 😉 . Y el que lo venda como un retrato… bueno, siento decir que miente 😉 ).
Ya sabéis que de un tiempo a esta parte utilizo un monitor fotográfico y las fotos del blog tienen el color calibrado para que podáis apreciarlos tal y como son en realidad. Para ver estas cosas ayuda mucho esto del monitor… Yo veo bastantes «toques»: las ojeras desaparecen del todo, las arrugas de la comisura de la boca y de debajo de los ojos se reducen muchísimo. El rictus de la boca también está muy suavizado. La piel está muchíiiisimo más uniforme y un pelín blanqueada y los poros se ven mucho menos. La forma de la cara está ligeramente corregida y el cuello más largo. Estoy más «peinada», ya que los pelitos más despegados desaparecen. La pequeña cicatriz que tengo sobre el arco supraciliar desaparece por completo. El contorno de los labios es más limpio. Pepe… ¿qué más me falta? 🙂
Os vuelvo a poner los últimos pasos juntos para que podáis ver el antes y el después del revelado y del retoque:
Y… ¿qué puedo deciros? Sé que la foto final no es como soy exactamente y no pienso venderla como tal, pero me parece que Pepe me ha regalado un retrato precioso en el que se me ve con toda la belleza que me gustaría tener, sin dejar de ser yo. ¡MIL GRACIAS!
Ah, y para el que lo dude: las fotos mías que subo al blog, quitando las excepciones de esta entrada, no están retocadas ;). Sólo se revelan para conseguir colores fieles a los reales. Existen sistemas de calibración de colores que permiten hacer esto; así que el color que veáis en vuestras pantallas sólo está modificado… pues por eso, por vuestras pantallas 🙂 .
Sinceramente… ¿diríais que no si os hicieran un retrato así? 🙂 ¿Qué opináis vosotros sobre el retoque fotográfico? ¿Sabíais que existe un paso intermedio en el retoque? ¿Creéis que el revelado también es mentir…? Ya para terminar… ¿qué os parece la posibilidad de que en Estados Unidos se limite el uso de Photoshop como se está intentando, según esta noticia?
Un abrazo a todos y no os cortéis al comentar 🙂
13 Comentarios
Hesperetusa
20 mayo, 2014 a las 4:47 pmEstupenda y muy didáctica entrada.
Tengo que probar el programa Camera Raw. No soy partidaria de hacer grandes retoques a las fotos y eso que mi afición a la fotografía va hacia la fotos de arquitectura, obras de arte y paisaje, pero un retoque suave veo que queda muy bien.
Maria del Mar
20 mayo, 2014 a las 6:28 pmA mí lo del photoshop no me parece mal si se hace con cabeza, como es tu caso. Quitar un granito, disimular ojeras, poros y cosas así está bien, pero hay gente que se pasa un montón y acaban retocando tanto las fotos que no parecen ni ellas mismas. Yo cuando veo caras y pieles demasiado perfectas desconfío.
María Monedero
20 mayo, 2014 a las 8:07 pmY mira que hay pieles jóvenes bonitas pero perfectas…
Cuando voy al dentista o similares en la sala de espera suelo coger la Cosmopolitan. Pero no se asusten 🙂 Es que uno de mis juegos favoritos es mirar los anuncios para ir detectando todo lo que no puede ser porque tiene que ser cosa del Photoshop… 😉
Miss Potingues
21 mayo, 2014 a las 7:12 amMe ha parecido muy interesante el post y comparto tu punto de vista.
Retoques sí, pero depende cómo, cuándo, y para qué.
Un saludito!
María Monedero
21 mayo, 2014 a las 8:08 amMil gracias Miss Potingues 🙂 Por pasarte y darme la alegría de que te haya parecido interesante… ¡gracias! 🙂
ninabenito
22 mayo, 2014 a las 6:27 amHola preciosa!!! Coincido plenamente contigo, pero cuando se habla de los retoques del photoshop se habla normalmente de las aberraciones que hacen las revistas de moda, afinando cuerpos, alargando ojos y miembros, quitando totalmente arrugas y poros. Esos primerísimos planos de ojos y caras tan perfectas que parecen irreales. Lo que han hecho contigo sí es arte y estoy de acuerdo en lo poco que se valora la labor de los profesionales. Una buena foto y un buen maquillaje obran más milagros que el más diestro photoshopero ¡y sin trampa ni cartón! Estás guapísima en todas las fotos. Incluso con tus ojeras eres linda (si a eso le puedes llamar ojeras, que si ves las mías…). Un besazo!!!
María Monedero
22 mayo, 2014 a las 7:15 amGracias mil Nina 🙂
Diana
3 junio, 2014 a las 1:52 pmMe encantó. La verdad que es un trabajo de los grandes, todos los profesionales deberían tener reconocimiento.
Sobre las fotos, te veo guapa hasta con ojeras, somos personas normales y no perfectas. Si conocía ese paso intermedio, alguna vez he tenido que tocar el contraste de alguna foto para que el tono fuera lo más parecido al real porque no siempre el objetivo capta todo bien y tampoco soy profesional.
¡Un besote!
María Monedero
3 junio, 2014 a las 3:35 pmMe alegro de que te haya gustado y… ¡mil gracias por el «peazo» piropo! ^^
Ginger
5 junio, 2014 a las 10:24 amMe ha encantado!!!!! yo tampoco tengo nada del photosop pero sí de su abuso y de algunas fotos parezcan pinturas y sean tan irreales, tampoco hay nada de malo que si alguien tiene arrugaso o ojeras… que se noten!!!! Me parece más real!!! Besos
María Monedero
5 junio, 2014 a las 11:53 amMuchas gracias Ginger 🙂
Marian
5 junio, 2014 a las 3:36 pmMe parece una entrada muy interesante.
Precisamente lo bueno del retoque fotográfico, en mi opinión, es mantener una foto lo más real posible, como han hecho en tu caso. Y es que en las revistas se ve cada cosa…
Soy aficionadilla a la fotografía, pero todavía no me atrevo a disparar en raw, porque lo de revelar me parece ya de otro planeta, jeje.
Un besazo, guapa.
María Monedero
10 junio, 2014 a las 8:43 amPues… si te gusta la fotografía, yo te animo a probar. Lo peor que puede pasarte es que la foto quede igual que antes ;). No te voy a negar que un retoque profundo requiere más conocimientos, pero dar el primer paso para poder subir o bajar la exposición, el contraste, la saturación… es mucho más fácil de lo que piensas. Y son conceptos que es bueno que aprendas a manejar, ya que son el «idioma» de la fotografía. De hecho probablemente ya lo hagas… 😉 Yo uso sobre todo el Adobe Lightroom, que te permite «revelar» y algunas cosas más, sin llegar al punto del retoque que transforma la foto del Photoshop y otros programas similares. Ése y el Capture One los encuentro asequibles para aficionados, aunque son herramientas profesionales que según vayas aprendiendo a usar pueden darte para mucho más… 🙂
Muchas gracias por comentar, Marian, y bienvenida 🙂 🙂